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miércoles, 8 de abril de 2009

9- La selección de animales para la cría

Cuando se comienza con esta actividad, uno debe seleccionar sus yeguas madres que servirán de base a su plantel. Continuando con la idea de no más de 5 yeguas, hay varias posibilidades en cuanto a selección que se deben hacer.

Performance, Físico y Pedigree deberían ser las pautas de selección para incorporar un animal a su haras; el orden no interesa pero si estas pautas debieran ser observadas.

La performance si bien tiene a favor que ayudará mucho a la comercialización futura de la progenie de ese animal, como contrapartida, a mejor performance mucho más caro será el animal a adquirir. Es de hacer notar que muchas veces de yeguas que han ganado 1 o 2 carreras y de las comunes, han surgido grandes caballos, por lo que no es factible asegurar que sólo las campeonas son las mejores madres para la cría. No obstante ello, cuando el comprador va a la subasta a adquirir el hijo de esas yeguas, pasa a la madre del animal que le ofrecen por el tamiz de la Cantidad y de la Calidad de las carreras ganadas.

En lo que hace a Calidad, buscan la característica de que sea un animal ganador de clásicos; también analizan la edad que tenía el animal cuando gano esas carreras importantes, ya que no es lo mismo ser ganador a los 2 y 3 años, que ganador a los 4 en adelante. La realidad indicaría que el que gana a la edad de 2 y 3 años, sería un animal que portaría precocidad, y por otro lado, se tendría la garantía que a esa edad, ha debido enfrentarse con los mejores de su tiempo.

A los 4 años ya los hipódromos comienzan la etapa de depuración y los mejores animales o se han vendido al exterior o comienzan a ser retirados por los haras con fines de reproducción, porque las camadas más jóvenes necesitan ocupar el lugar que ellos detentan en el hipódromo, de allí que cuando un animal gana a los 5 años, hay que observar muy bien su campaña.

Asimismo suelen analizar de qué familia materna proviene, ya que hay familias que suelen ser reiterativas en aquello de producir grandes caballos, ellos sintetizan este tema aludiendo a que se trata de “una familia trasmisora”.

Si la yegua que será futura madre no corrió o corrió pocas, analizan si tiene hermanos ganadores, o si su madre fue ganadora, o si su abuela o bisabuela han dado ganadores y que calidad de carreras han ganado; cuanto mayor cantidad de hijos ganadores mejor sería el animal a los fines de la comercialización futura.

En este tópico una de las variables de análisis es …con quien dio a los ganadores… y fundamentalmente si dio ganadores con una variedad de padrillos o si lo fue con uno sólo. En el primer caso estaría mostrando que la que trasmite es ella, y no el semental con el que se la cruzó; o se elimina la posibilidad de que se trate de una compatibilidad específica que solo se da con ese semental y quede la duda de que podría acontecer si se la hubiera cruzado con otros.

En cuanto al físico, lo ideal sería que ud. haga un curso para aprender las buenas características físicas que hay que mirar en un animal; en la Argentina hay por lo menos dos, donde se enseña esto; uno en el Instituto del Caballo del Dr. Carlos Carabajal en Acasuso llamado “Manejo, Sanidad y Entrenamiento del Caballo de Carrera”, y otro que suele darse en La Rural a cargo del Dr. Genoud Instituto Superior de Enseñanza y Extensión Agropecuaria titulado Curso El Caballo: selección, cuidados, alimentación y manejo y un grupo de profesores ; también hay un excelente libro titulado Horse Conformation Structure, Soundness and Performance Equine Research de Julie Hedge DVM que le ayudará.

Se debe partir de la base que el animal perfecto no existe; siempre algún defecto puede tener, pero se intenta que estos sean los menos posibles y los más perdonables.
En cuanto a manos debe ser correcta, aplomada, no teniendo rotación de sus vasos ni hacia adentro ni hacia fuera. De tenerlo, es más perdonable que sean hacia fuera que hacia adentro. La línea de Mr Prospector, suele tener rotación hacia afuera, lo mismo que cuando el pedigree contiene a Good Manners. Hay otros sementales que también han trasmitido defectos.

Se busca que la yegua sea despegada del piso, alta, con buena (amplia) caja toráxico; en cuanto a sus patas que su caída sea correcta, y no arremetida hacia adentro; que mirándolo de atrás, sea abierta.

Aca va una nota que fue publicada en UNIVERSALHORSE.COM que da una idea al respecto

Dr Ricardo Daniel Rodríguez Salto
laoracionsrl@yahoo.com.ar
haraslos4candados@yahoo.com.ar

Cómo seleccionar un caballo de carreras
1. La Cabeza

En primer lugar, debe ser proporcionada al sexo y al tamaño del sujeto: muy grande, es tosca y ordinaria; muy chica, es arabesca y afeminada. Debe ser también proporcionada en sus tres dimensiones: largo total, ancho en la frente y espesor, vista la región de perfil.

Bien proporcionada, la cabeza tipo aparece cuadrada y liviana. El perfil debe ser recto o levemente ondulado. Orbita grande. Algo saliente. Ojo grande, abierto, brillante y expresivo, de párpados finos y sedosos. El ojo chico, almendrado, párpados espesos, es ordinario. Demasiado frecuente todavía, este ojo es la expresión del tipo turanio y con frecuencia también, es propio de los individuos dotados de una orientación anabólica, a la cual acompaña generalmente un temperamento hiper-vengativo.

La falta de calidad en el ojo es frecuente en los individuos faltos de clase y explica la inclinación instintiva de algunos aficionados a dar a este órgano una importancia trascendental en la elección del sujeto.

En los caballos enérgicos e inteligentes, el ojo es muy expresivo y deja entender muy fácilmente los deseos y sensaciones del animal: el hambre, la sed, el contento, el coraje, la salud, el sufrimiento, la ira, el miedo y otros matices se leen claramente en un verdadero exponente de la raza. Podríamos agregar que si el hombre lleva en su mirada el espejo del alma, el caballo de carrera lleva en la suya la expresión de sus maravillosos equilibrios funcionales; valdría decir, la mirada del fina sangre envuelve la síntesis temperamental de su dinamismo entero.

Otro detalle importante son: las narices. Deben ser grandes, muy finas y dilatables en sus alas aterciopeladas, suavísimas. Las ventanas nasales chicas y espesas son ordinarias y acompañan siempre a una piel gruesa, a pelaje tosco y ordinario. También son de importancia las orejas. Deben lucir esbeltas, finas y móviles. Ellas son las compañeras de la expresión del ojo.

Cuello, Cruz, Dorso

2. El cuello:

El cuello debe ser recto, bien musculoso y largo. En los caballos de un tipo arcaico, grandes y armónicos, con frecuencia ultra-longilíneos, el cuello es largo, delgado y relativamente muy fino en su unión con la cabeza, a cuya altura suele arquearse levemente, similar al hermoso "cuello de cisne". Siempre hay que exigir un cuello gradual y poderosamente unido al tronco. Una crin fina y abundante completa su distinción. El cuello muy delgado, la crin demasiado fina y escasa, indica debilidad. Inversamente, el cuello corto, grueso, la crin espesa y ordinaria, es signo de poca clase y suele ser la expresión de un temperamento hipervegetativo.

3. La cruz:

Discretamente elevada y bien musculosa en su base, es la única cruz verdaderamente hermosa del caballo de carreras. De otra manera no puede esperarse un galope perfecto, para el cual la inserción poderosa de los músculos del dorso, cuello y espalda, es absolutamente indispensable. Muy tardía para diseñarse definitivamente, la cruz del caballo joven debe saberse apreciar con mucho criterio y experiencia. En la mayoría de los yearlings y aun en el "dos años", la cruz se presenta baja, carnuda y ordinaria, para evolucionar a su forma definitiva entre los tres y cuatro años. El caballo de tres años o menos, debe conservar la cima de la cruz un poco por debajo del nivel de la mayor altura de la grupa. Esto no es del todo frecuente, pero es una gran belleza de adaptación que favorece en alto grado la velocidad. El caballo arcaico, esencialmente galopador, era, de cruz demasiado alta y descarnada.

4. El dorso:

Recto, largo, bien musculoso, de ancho proporcionado, el buen dorso del caballo de carrera se presenta algo cortante en el individuo puesto en condición para correr y, parejo, algo redondeado, en los sujetos gordos y en los yearlings. Debe referirse siempre una unión recta y poderosa con la región lumbar. Como defecto individual o de familia en todo caso, en los caballos largos, el dorso tiene su flecha que, al acentuarse, determina el carácter "sillón" de algunos sujetos. Cuando este defecto no es exagerado y se compensa con una grupa poderosa, no reviste mayor importancia. De lo contrario, el defecto es muy grave.

Brazo, antebrazo, y caña

5. El brazo:

Siempre de un largo proporcionado a la espalda, el brazo es correcto cuando su dirección -inclinada prudentemente hacia abajo- es paralela al plano mediano del tronco. El codo debe quedar libre del tórax, sin alejarse demasiado de la pared costal.

6. El antebrazo:

La belleza absoluta del antebrazo se resume en el largo y espesor de su musculatura, la cual debe ser siempre hipertónica, bien destacada y enjuta. El esqueleto del antebrazo debe ser largo, fino, compacto y unido a la rodilla por una amplia superficie articular. Debe preferirse vertical o con una insignificante desviación hacia el centro del cuerpo.

El ejemplar dotado de un buen antebrazo da siempre la impresión de tener rodillas bajas, excepción hecha para los caballos muy nuevos; los cuales, debido al desigual crecimiento de los huesos, se presentan de antebrazo corto, rodilla alta y caña larga.

7. La caña:

La caña del caballo de carrera debe ser lo más ancha posible. Sus dos bordes del perfil, formados por las aristas respectivas del hueso y los tendones, deben ser estrictamente paralelos. Como la rodilla, la caña es región, más bien, pasiva, de preferencia destinada a sufrir el rigor del peso y de las reacciones durante el galope de carrera.

Su ubicación distal, que determina pesantez a las palancas superiores, obliga a la caña a disminuir su peso, construyéndose fina y relativamente corta. Es este un proceso de adaptación necesario a la velocidad.

La verdadera belleza de esta región radica en la proporcional reducción del largo a favor del ancho total de la zona y del aumento de longitud del antebrazo, el hueso compacto y el paralelismo de la cara anterior de la caña con el borde posterior de la cuerda.

La finura del hueso está compensada con menor trabajo que la región soporta al encontrarse dotada de un perfecto desarrollo de los tendones y ligamentos anexos y seguida de una organización compensadora del nudo y demás regiones elásticas de la cuartilla y del pie.

8. La rodilla 1ª parte:

Situada lo más bajo posible, en correlación con un antebrazo muy largo, la rodilla del caballo de carrera debe ser de una construcción perfecta, en virtud del riguroso trabajo a que está sometida durante el período de entrenamiento. Muy ancha y espesa -sus dos mejores cualidades-, indica amplitud a la repartición de las presiones, condición absolutamente necesaria a su resistencia. Además, la rodilla debe ser seca y bien dirigida. En los caballos ordinarios y en los hipervegetativos, especialmente, la rodilla se presenta carnuda.

9. La rodilla 2ª parte:

La rodilla chica y fina del sangre pura, es débil; lo mismo que la rodilla hundida, llamada de "carnero" o aquella convexa, llamada de "buey". Debe tenerse mucha experiencia en la apreciación de la rodilla del yearling, porque en éste es dable esperar importantes modificaciones del órgano. Son los yearlings desarrollados, de esqueleto grosero, los que con frecuencia presentan rodillas poco satisfactorias o dudosas. La región se presenta alta, angosta y surcada transversalmente, y, también, con relieves y protuberancias anormales. Estas rodillas son comunes en los animales jóvenes a osificación retardada; en cuyo caso pueden ser aceptadas, siempre, naturalmente, que el defecto no sea muy pronunciado y el caballo sea sometido a un training racional, siempre lento y constructivo.

Vemos con mucha frecuencia rodillas mal amarradas al antebrazo, sin relación con el espesor normal de los huesos ni con la línea de aplomo. Estas conformaciones viciosas son aceptables sólo como capricho; en cuyo caso la preparación para correr debe hacerse lo más tarde posible, cuando el esqueleto haya adquirido, por edad y regularización del estado orgánico, la solidez suficiente.

10. La rodilla 3ª parte:

Entre las regiones más comprometidas seriamente del sangre pura por el entrenamiento moderno, la rodilla ocupa el cuarto puesto, después de la caña, el nudo y el pie. Antes de adquirir un caballo, es aconsejable detenerse en el estudio minucioso de la rodilla, a objeto de precisar en lo posible el grado de resistencia del órgano
Constituyen indicios seguros de buena conformación y solidez del órgano, las curvas que los bordes del radio forman poco antes de que este hueso se articule al carpo. Dichas arcadas deber ser bien pronunciadas, lisas y muy secas, especialmente aquella que insinúa el borde interno del hueso y que termina en lo que debe estimarse el ángulo interno superior de la rodilla. El poco pronunciamiento de estas arcadas anuncia una región defectuosa.

11. La rodilla 4ª parte:

Continuando con las explicaciones anteriores, nos queda por agregar lo siguiente: En posición de frente y prevenido siempre sobre estos detalles, la belleza, como el defecto, impresionan inmediatamente al observador y es posible comprobar también las rodillas desviadas, como consecuencia de un mal aplomo del antebrazo.

Se terminará el examen por palpación minuciosa de la rodilla para comprobar su temperatura, carnosidad, infiltraciones e integridad. Es el momento también de apreciar el espesor del órgano en relación al largo y el ancho observado anteriormente.

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